Me ha dado por hacerle preguntas a mi pareja en la cama. De repente uno hace las cosas por inercia y te olvidas de preguntar que es lo que más le gusta y cómo prefiere que se lo hagan y a esto incorporarle sorpresillas extras.
En una de esas sesiones de sexo y preguntas, llegamos al tema de la penetracion anal, noté que el Beto se emocionó con este tópico, me gusta ver las expresiones que hace con su cara, sobre todo cuando esta feliz y de igual forma me gusta provocarle cambios en las mismas. Es por esto que a veces le hago preguntas que sé que lo tomarán desprevenido, le asustarán, lo excitaran o ya en jodido caso lo molestaran. Esta fué una de esas ocasiones, entramos al tema y sus ojos estaban abiertos de asombro, me describía qué era lo que le gustaba de hacerlo de esta forma y yo lo observaba como si fuera un niño estrenando juguete ... jaja. Todo iba bien hasta que le pregunté si a él se lo habían hecho por atrás, en realidad no lo abordé así literalmente, lo que yo quería saber era si en algún momento algún dedo travieso había cruzado la delgada línea entre la caricia y la penetración en su cuerpo. Sus ojos se abrieron aún más, puso cara de horrorizado jajaja yo no podía más que reirme y decirle que solo era curiosidad, me gustaría saber si era partidario o no de estas prácticas para así evitar situaciones incómodas para los 2 y más cuando de repente mi dedo ha tratado de escabullirse buscando esto. Creo que no le agradó mucho, cambiamos el tema en cuando me dijo que no y seguimos con otros asuntos.
Es chistoso como aún los hombres más liberales, disque experimentados, medios perros y pirujos aún ven eso como un tabú, algo que no se debe hablar y mucho menos hacer. Pero no dudo que un día lo agarre desprevenido y se pueda. Luego dicen que porque las mujeres negamos haber tenido sexo anal, yo solo lo aceptaré el día en que mi dedo cruce la frontera (y aún así lo pensaré una segunda vez).