El peligro... sí, puede ser un estimulante sexual, pero a veces es demasiado e incluso puede hasta definir tu vida sexual...
En cierta ocasión llegue a salir con un chico que era casi casi el ideal de cualquier mujer, apuesto, simpático, caballeroso, culto, con un trabajo estable, sin broncas de dinero, ambicioso y muy decidido. Al principio no me convencía, me parecía el tipo de hombre arrogante que espera que las chicas caigan a sus pies a la primera palabra, pero no, a mí no me lo parecía así, de hecho hasta pensaba que era "gordito". Lo ignoré varias veces, hasta llegué a presentarle a mi pareja de ese entonces para que dejara de molestarme... pero la vida da vueltas y despues de malos episodios empecé a cambiar mi forma de verlo, me resultaba galante y más con sus detalles, llamadas imprevistas, visitas a mi casa, palabras al oído, bellos piropos.. oh si, todo era rosa... pero había una cosa.
Era extraño, pero el wey se calentaba de volada, llegué a pensar que hasta sin verme llegaba a ese estado de excitación... casi casi llegaba a mi casa ya con el pito parado.. de verdad que yo no había hecho nada para provocarlo. Despues se presentaron situaciones que me sacaron de onda, quería que lo hicieramos en la sala de mi casa, con mi madre en la cocina, o en la cochera de su casa con toda su familia reunida en casa... (lo hicimos) pero aún así fue extraño...
Eran solo fajoneos, tanta premura en su excitación nunca fue suficiente para mí (como dicen por ahí..."yo quería verlo crecer en mi mano" y este wey ya llegaba más sobres que nada), total que por mi ni pex, yo con los fajesillos me daba y era más que feliz,,,así pasó el tiempo y creo que despues de un rato dejó de ser emocionante y perdimos contacto.
Cierto día antes de navidad, con la nostalgia a flor de piel decidimos volver a vernos, fue un encuentro emotivo, siempre me ha agradado la forma en que me observa, me hace sentir deseada...
despues de un largo abrazo subimos a su carro y mientrás recordabamos viejos tiempos... lo observé ... ahora yo era la que me sentía un tanto cuanto cachonda.. así que le dije muy seriamente " x... hoy quiero ser tuya...", se puso medio tembloroso, generalmente él era el de la iniciativa y nunca me había oido proponérselo de la nada. Me dijo "estas segura?" y asentí con la cabeza. Despues la cuestión era.. dónde??..[cuando quieres no encuentras donde y cuando tienes donde no se puede el con quien...pinche suerte], anduvo dando vueltas en búsqueda de un motel... pero al parecer el destino no era de mucha ayuda, la situación se volvió cómica de solo verlo, tembloroso y frustrado por no tener donde. Al fin encontramos un lugar, pero.. creo que ambos sabíamos que era demasiado tarde, habíamos tenido demasiado tiempo para que la cordura regresara a nuestras cabezas, la adrenalina se fuera junto con el peligro que tanto le encantaba sentir.
Ahí estabamos, solo él y yo en un lugar a donde solo se acude a hacer eso. Creo que la simpleza de la situación aflojó su libido y ya no fue lo mismo. Descubrí que ciertos hombres solo pueden hacer que se les ponga dura bajo ciertas circunstancias y a mí francamente no me agrada eso. Quiero hacerlo a la hora que se me plazca sin necesidad de una "adrenalina feroz", mala suerte, este no fué mi gallo.
de eso hay muchos de verdad, q interesante leer una chica con sus aventuras sexuales, una perpectiva por demás novedosa, felicidades por tu blog, te seguiré leyendo, dalo por hecho, saludos!!